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Tratamiento Craneal

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El cráneo y la cara se componen de numerosos huesos, articulados entre ellos, un poco como un puzle esférico.

Quien dice articulación dice movimiento. En el caso del cráneo, estas articulaciones ,llamadas suturas por su aspecto en zig zag, permiten un movimiento entre sus componentes. Movimiento que no se debe confundir con la deformabilidad que se puede observar en el cráneo de un recién nacido, debida a la maleabilidad de su tejido todavía esencialmente cartilaginoso.


Dicha movilidad permanece hasta y durante la edad adulta, un hecho en general ignorado, incluso denegado. Y como cualquiera articulación del cuerpo, una sutura craneal puede padecer de una restricción de movilidad, originada entre otras posibilidades, por un traumatismo.

 

Si el tratamiento craneal es perfectamente aplicable a un adulto, los a quien más puede beneficiar son los niños. Un parto, por muy bonito que sea el acontecimiento, no deja de ser un momento difícil no solo para la madre, sino que también para el hijo. Lo podríamos describir como un “traumatismo fisiológico” Mucho más todavía si el parto se complica, y que tiene que acabarse utilizando instrumentos como el fórceps.

En cual caso, la fuerza aplicada al cráneo durante estos momentos puede paralizar una o más suturas, reduciendo de manera duradera su capacidad de movimiento.
 

De inmediato y durante los primeros meses, esto pasa desapercibido, es una lesión muda, pues temporalmente la maleabilidad ósea craneal compensa y oculta la situación. Sin embargo a término más largo, si no se corrige, es una fuente muy frecuente de trastornos de la esfera ORL la más destacable siendo la otitis.

 

Es una de las buenas indicaciones osteopediátricas: el tratamiento suele ser eficaz y rápido, y puede realizarse sin problema durante los primeros meses de vida. Un control osteopático  post parto debería ser sistemático.

 

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